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miércoles, octubre 25, 2006

El tigre tiene su propio museo de arte - Inaugura el domingo


Los que vayan el domingo al Tigre se encontraran con una grata sorpresa.
La vista escenográfica es imponente al final del Paseo Victoria, la extensa y cuidada rambla a la vera del río Luján, donde la gente pasea, hace footing o simplemente observa el sereno desfile de embarcaciones navegando por el Delta. Allí se yergue, monumental y deslumbrante, el flamante Museo de Arte de Tigre (MAT), que abrirá sus puertas al público el domingo, con entrada general a $ 5, aunque los residentes del partido tendrán acceso gratuito. Una impronta palaciega recién restaurada, con impecables jardines poblados de hileras en medialuna de petunias fucsia, glorietas y senderos, dan un indicio de lo que será el interior de ese majestuoso portento de 2000 m2 que otrora ocupó el primer casino que tuvo el país y viejo hotel Tigre Club. Donde antes se escuchaba el trajín de las 25 mesas de ruleta y punto y banca, ahora hechizarán al visitante las históricas creaciones figurativas de 70 grandes maestros nacionales. Con unas 160 obras, repartidas en siete salas temáticas, el acervo del MAT se erige en un ejemplo encomiable del intendente Ricardo Ubieto, que destinó fondos municipales -cerca de US$ 6 millones entre restauración y obras de arte-para rescatar el patrimonio ofrecido en distintas subastas y regalarle a su gente y al país un museo de primer nivel.
En cada sala, además de la reseña que introduce la temática, se destaca una obra o un autor sobre un fondo de color que varía según el salón. En el recinto que alberga a la arquitectura latinoamericana los tonos encendidos de una esquina de La Boca, según la pincelada frenética de Collivadino, contrasta con la paleta sosegada de Aquino para la capilla de Ischilín o los soberbios molinos, impertérritos en su faena, en una vista nocturna y pampeana firmada por Koek-Koek.